Le Centre d’archives d’architecture du XXe siècle de la Cité de l’architecture et du patrimonie
Entrevista a David Peyceré
Director del Centre d’archives d’architecture
du XXe siècle
Entrevista realizada y traducida al español por
Andrés Avila Gómez
Le Centre d’archives d’architecture du XXe siècle de la Cité de l’architecture et du patrimonie
Interview with David Peyceré
Director of the Centre d’archives d’architecture du XXe siècle
Interview and translation to spanish by
Andrés Ávila Gómez
Para el número especial dedicado a los archivos de arquitectura, hemos invitado a David Peyceré, 4510N01 director desde 1995 del Centre d’archives d’architecture du XXe siècle 4510N02 y quien además es redactor jefe de la revista Colonnes 4510N03 –publicación anual del Centre–, a reflexionar en torno al trabajo archivístico actual, en un contexto internacional cruzado por las nuevas tecnologías, la epidemia de covid-19 y las redes presentes y futuras entre jóvenes colaboradores.
Este centro de archivos de arquitectura del siglo XX tiene su origen en el antiguo Institut Français d’Architecture (IFA), fundado en 1980 y abierto al público en noviembre de 1981 en su primera sede del Hôtel de Brancas en París (Distrito 6). Posteriormente, el centro pasó a formar parte de la estructura de la Cité de l’Architecture et du Patrimoine creada en 2004.
Desde su fundación, el centro custodia numerosos fondos procedentes de agencias de arquitectos como: Emile Aillaud, Louis Bonnier, Georges Candilis, Jean Dubuisson, Pierre Dufau, Guillaume Gillet, Jean Ginsberg, Bernard Huet, André Lurçat, Auguste Perret, Henri Sauvage y el Atelier de Montrouge. Para ello fue fundamental la transferencia de colecciones de archivos procedentes del Conservatoire National des Arts et Métiers (en 1989) y de la Académie d’Architecture (en 2001). Hoy la institución conserva y pone al servicio de estudiantes e investigadores alrededor de 400 fondos, 4510N04 constituidos principalmente por planos, dibujos, fotografías, maquetas, dossiers y documentos personales.
Andrés Avila Gómez (AAG): Para nuestros lectores de habla hispana, creo que es importante preguntarle acerca de las condiciones para ser elegible en el puesto que usted ocupa como director del Centre d’archives d’architecture du XXe siècle. 4510N05 Sabemos –claro está– que, en Francia, los concursos oficiales, específicamente en instituciones culturales, son muy exigentes y requieren de una formación universitaria altamente especializada. ¿Podría hablarnos del proceso que le llevó al Centre d’archives? 4510N06 ¿Cómo surgió su interés personal y profesional por los archivos de arquitectura?
David Peyceré (DP): Mi perfil es, por así decirlo, tradicional: un conservador de archivos. Esto quiere decir que aprobé el examen de ingreso a la École Nationale des Chartes, que en el sistema educativo francés corresponde a una grande école, en cuyo modelo los estudiantes ya poseen el estatus de funcionarios durante sus estudios, y como tales trabajan en el seno de alguna institución del Estado a lo largo de ellos. De hecho, las grandes écoles tienen la reputación de ser de difícil acceso debido a la complejidad del concurso, pero es justamente el proceso lo que ofrece todas las garantías de igualdad y transparencia. En última instancia, esto permite obtener unas condiciones de estudio bastante privilegiadas desde el punto de vista académico y financiero.
En mi caso es importante precisar que, en la época en que realicé mis estudios –hace casi treinta años–, la École Nationale des Chartes era una pequeña grande école –si se compara, por ejemplo, con aquéllas dedicadas a las ingenierías– en la cual anualmente entre veinte y treinta estudiantes recibían una formación especializada en “ciencias auxiliares de la historia” orientada a la Edad Media y a la época moderna (del siglo XI al XVIII): latín medieval, paleografía, derecho antiguo, etcétera. En las últimas décadas, la formación se ha dirigido fundamentalmente hacia el mundo moderno y contemporáneo, al incluir muy especialmente las tecnologías de la información –en mi época de estudiante, la informática era aún un campo desconocido para los historiadores. En el medio francés, la principal ventaja de la existencia de esta pequeña grande école –reconocida además por su apertura a la investigación en muchas especialidades– es la de constituir un cuerpo muy homogéneo de funcionarios que comparten una sólida base de conocimientos y un rigor profesional.
Así pues, yo no estudié arquitectura y mi tesis de historia contemporánea no trataba en absoluto sobre la historia del arte. Fue durante mi serviciocivil –en lugar del servicio militar–, cuando trabajaba en la administración de monumentos históricos, que surgió mi interés por la historia de laarquitectura y el urbanismo. Entonces me pregunté particularmente porla práctica de un servicio de protección del patrimonio orientado hacia acciones concretas. Poco después, en 1995, el cargo de conservador del Centre d’archives del IFA –abierto al público en 1990– admitió por primera vez a un conservador de archivos y pude obtenerlo por concurso.
En cambio, hoy en día casi todos los miembros del equipo del Centre d’archives –una decena de profesionales– han tenido una formación universitaria en historia del arte o en écoles d’architecture; algunos de ellos incluso cuentan con maestría o doctorado en Historia de la arquitectura.
AAG: Recientemente usted ha codirigido una tesis doctoral –defendida a finales de 2019– 4510N07 que trata de manera amplia el tema de las políticas públicas de conservación y de valorización de archivos de arquitectura en Francia 4510N08 durante las tres últimas décadas del siglo XX. 4510N09 ¿Cómo se valora en el medio francés este tipo de estudios?
En cuanto a la creación, en Francia, durante las últimas dos décadas, de programas universitarios (maestrías y doctorados) en Historia del arte e Historia de la arquitectura, ¿cree usted que estos programas han contribuido a movilizar a las nuevas generaciones de investigadores a la reflexión en torno a los archivos de arquitectura 4510N10 y su futuro en la era digital?
DP: Respecto a la tesis doctoral de Nina Mansion, considero que este tipo de investigaciones que se ocupan de la historia de la preservación de los archivos está apenas comenzando; finalmente, su objeto de estudio es relativamente reciente, tiene apenas medio siglo de antigüedad. Antes de 1975, casi nadie hablaba en Francia sobre archivos de arquitectura.
No existe aún, por ejemplo, un trabajo exhaustivo sobre los Archives d’Architecture Moderne (AAM), institución creada en 1969 en Bruselas y que constituye sin duda el referente para las instituciones europeas que se ocupan de archivos de arquitectura. Por otro lado, tenemos la investigación doctoral de Sergio Figueiredo sobre la historia del Nederlands Achitectuurinstituut 4510N11 (NAi) ubicado en Rotterdam, que dio origen en 2016 al libro The NAi Effect. Creating Architecture Culture. 4510N12 Las tesis doctorales de Mansion y de Figueiredo constituyen las bases de un campo de estudio en ciernes.
Por otro lado, los programas universitarios franceses han despertado el interés por explotar y analizar los archivos de arquitectura. En nuestro caso, lo ideal es acoger más investigaciones, memorias de máster y tesis doctorales, especialmente con aproximaciones y temas transversales que pongan en relieve la riqueza excepcional de nuestro Centre d’archives, que con sus casi 400 fondos es superado únicamente por una decena de instituciones en el mundo.
En nuestra experiencia, los jóvenes investigadores han jugado un papel fundamental en los procesos de clasificación y organización de los fondos: o bien suscitan la urgencia de clasificar la colección de archivos de algún arquitecto poco estudiado; o bien trabajan –ya sea como practicantes o asistentes en proyectos puntuales, o a veces como colaboradores no remunerados– bajo la tutela de nuestros archivistas en dichos procesos.
Sobre la reflexión acerca del futuro de los archivos arquitectónicos en la era digital, no creo que se haya avanzado mucho en Francia, o puedo al menos decir que el equipo del Centre d’archives no ha participado activamente en este tipo de discusiones.
Sala de consulta del Centre d’archives d’architecture du XXe siècle (2018).
Fuente: Cité de l’architecture et du patrimoine/Archives d’architecture du XXe siècle
AAG: ¿Puede contarnos acerca de los fondos recibidos recientemente por el Centre d’archives? En este sentido, de acuerdo con las políticas que rigen los ingresos y adquisiciones, ¿cuáles son las “prioridades” que se imponen a la hora de decidir la adquisición de una colección de archivos?
DP: En primer lugar, es importante precisar que desde hace años se evidenciaba en el Centre d’archives un serio inconveniente derivado de las restricciones ocasionadas por una planta física cada vez más limitada, así como problemas relacionados con el escaso personal asignado. Esta realidad ha provocado a la fecha que muchos fondos ofrecidos por sus propietarios no puedan ser recibidos a corto plazo –por lo cual han entrado a formar parte de una lista “no oficial” de espera. Asimismo, nos vemos impedidos para acercarnos a los grandes arquitectos y a las agencias de arquitectura reconocidas para discutir acerca de la composición de sus archivos y de la posibilidad concreta de recuperarlos total o parcialmente a mediano o largo plazo. Casi siempre recibimos fondos de archivos completos –en tanto esto sea posible– y procuramos no ocuparnos de aquéllos que se componen de selecciones de proyectos, como suele hacerse para conformar ciertas colecciones –especialmente en el caso de los museos. Aunque se considere que muchos de los proyectos de un arquitecto no sean necesariamente “interesantes” a primera vista, pensamos que el interés de un fondo de archivos privados radica en su capacidad de reflejar la totalidad de una carrera, de una trayectoria, lo cual requiere respetar toda la producción documental. Cuando realizamos la clasificación, aceptamos en cambio algunas selecciones de dossiers al interior de cada proyecto.
Hace cinco años escribimos un documento titulado “Política de adquisición.” En él se subrayaba que la recolección de archivos debería volcarse hacia aquéllos correspondientes a la práctica arquitectónica más reciente (últimas cuatro décadas). Con ello enfatizábamos un efecto umbral que cinco años después todavía no hemos cruzado: de alguna manera, es como si no pudiéramos ir más allá del período de creación del propio Centre d’archives, que coincide con la edad de oro del posmodernismo en Francia. Es cierto que tenemos colecciones de archivos que datan del presente siglo, pero es muy difícil evaluar hoy en qué medida dichas colecciones son verdaderamente representativas de la arquitectura de su época, o si se trata sólo de hitos aislados.
En tal contexto, nuestra “Política de adquisición” de 2015 señala también que no hemos terminado con la recepción de algunos ricos archivos de los Trente Glorieuses –en Francia se denomina así las tres décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial–, y que los archivos producidos durante el período de entreguerras (décadas de 1920 y 1930) son ya excepcionales.
Ahora bien, ¿cuáles son las prioridades que tenemos en cuenta hoy cuando nos ofrecen un fondo de archivos? A menudo, si se trata de una colección de una dimensión reducida, esto contribuye a que sea más fácil hacerse de ella. Por supuesto, este parámetro no supone necesariamente que se construya una lista de “grandes nombres.” Es así como hemos obtenido un buen número de fondos de archivos pertenecientes a personajes más bien marginales cuya importancia obedece precisamente a sus prácticas “no mayoritarias,” pero de este tipo de excepciones no se constituye una historia general.
Si bien es cierto que contamos con un comité científico y que tenemos estrechos contactos con profesores e investigadores, somos en realidad dos personas quienes nos reunimos con los arquitectos o con sus descendientes para luego examinar los archivos en cuestión y finalmente decidir cuáles de ellos se toman.
AAG: Desde 2010, el Centre d’archives ha producido una veintena de exposiciones virtuales 4510N13 correspondientes, en algunos casos, a las versiones digitales de aquéllas montadas por la Cité de l’Architecture et du Patrimoine en su edificio del Palais de Chaillot; en otros casos se trata de proyectos desarrollados por el propio Centre d’archives exclusivamente para ser difundidos a través de la plataforma. ¿Puede hablarnos de esta experiencia y ofrecernos un breve balance sobre esta primera década de exposiciones virtuales? ¿Considera usted que para llegar a un público más amplio es necesario ofrecer las exposiciones virtuales –o quizás sólo algunas– traducidas a otros idiomas como el español o el inglés?
DP: La serie de exposiciones virtuales nació un tanto por casualidad y otro tanto por iniciativa y voluntad de un miembro del equipo del Centre d’archives: poco a poco los proyectos de exposición concebidos fundamentalmente con base en nuestros archivos fueron objeto de una transcripción sistemática a este nuevo formato –tanto si se trataba de exposiciones en la Cité de l’Architecture, como de aquéllas presentadas en otros lugares–; de igual forma se concibieron íntegramente algunos nuevos proyectos exclusivamente para ser presentados online. Quizás hoy el principal atractivo de estas muestras radica en el hecho de constituir una serie relativamente amplia, de “geometría variable” y que abarca temas diversos.
De hecho, desde hace casi tres años, los servicios de comunicación de la Cité de l’Architecure y el mismo Ministère de la Culture reconocen el valor de nuestras exposiciones virtuales. Justamente con motivo del confinamiento decretado a causa de la reciente crisis sanitaria (covid-19), la difusión de nuestras exposiciones tuvo un impulso adicional significativo. Puedo decir que esta serie atrae especialmente a estudiantes universitarios por cuanto facilita el acceso a imágenes de archivo en formatos relativamente grandes –¡y sin las incómodas filigranas!– que usualmente sólo son visibles en formatos miniatura… o con cita previa en nuestra sede.
Por otro lado, si bien muchas de las publicaciones de la Cité de l’Architecture son bilingües o tienen versiones resumidas en inglés, es cierto que el idioma español, a pesar de su amplia difusión, no es tenido en cuenta. En este contexto de difusión online y al no poseer un presupuesto propio definido para este tipo de proyectos, no podemos, por el momento, concebir nuestras exposiciones virtuales con versiones en idiomas diferentes al francés.
AAG: En cuanto a los archivos orales, ¿cuál es su opinión sobre el estado actual de la colecta de la memoria oral relacionada con el campo de la arquitectura y el urbanismo en Francia? ¿Cuál es el rol de los archivos orales en los fondos de archivos del Centre d’archives y de qué forma se ha integrado esta práctica en los últimos años?
DP: ¡Éste es uno de los temas con el cual me siento menos cómodo! Hace casi veinte años intentamos desarrollar los archivos orales gracias a la extraordinaria iniciativa de Anne Laporte del Bureau de la recherche architecturale et urbaine, un departamento del Ministère de la Culture encargado dedistribuir las subvenciones para la investigación en tema de arquitectura y urbanismo. Con la gestión de Laporte, definimos una serie de objetivos y de lineamientos y lanzamos varios programas de entrevistas orales que debían servir para presentar resultados puntuales; sin embargo, no fue posible sostener el programa, el cual requería además de la presencia estable de dicha funcionaria en el equipo. A pesar de la voluntad de un conjunto de investigadores que ha confiado en nuestras manos el resultado de sus entrevistas a “grandes personajes” de la arquitectura francesa, tampoco hemos podido organizar sistemáticamente tales registros en el marco de un proyecto definido.
Vale la pena señalar que, en el medio francés, con motivo del 50o aniversario de los acontecimientos de Mayo del 68, se desarrollaron dos programas de investigación –el HEnsA20 financiado directamente por el Ministèrede la Culture, y la investigación realizada para producir en 2018 una exposición en la Cité de l’Architecture–, 4510N14 gracias a los cuales se organizaron importantes campañas de entrevistas.
Lo cierto es que nuestra actividad no incluye, desafortunadamente, el trabajo con este tipo de material. Nuestro interés se concentra en la conservación de fuentes disponibles en medios más tradicionales, básicamente en todo tipo de papel, en películas fotográficas o placas de vidrio y en maquetas.
AAG: Debido a un traslado programado, la antigua sede del Centre d’archives está actualmente cerrada al público y la apertura de la nueva, en el norte de París, está proyectada para 2021. ¿Puede hablarnos de las nuevas condiciones espaciales que tendrán los archivos? ¿Cuáles serán las ventajas que los investigadores encontrarán en el nuevo edificio?
DP: En efecto, el Centre d’archives se encuentra cerrado desde el 1 de mayo de 2018 debido a la ejecución de un vasto programa de trabajos de mantenimiento que era necesario llevar a cabo en el edificio que ha servido como sede a lo largo de poco más de treinta años. Además, durante este tiempo de cierre se logró concretar un proyecto de reubicación –planeado desde hace varios años–, con lo cual estimamos que, a partir del primer trimestre de 2021, todos nuestros fondos y colecciones serán trasladados a un edificio situado en Porte d’Aubervilliers al norte de París.
Se trata de una zona bastante deteriorada, pero en rápida transformación. El edificio escogido presenta unas condiciones especiales, diseñado para actividades logísticas con grandes plataformas superpuestas de aproximadamente 1 000 m², con amplias alturas entre pisos y rampas de hormigón que permiten incluso el acceso de camiones. Para los investigadores habrá una sala de lectura mucho más espaciosa y con una disponibilidad mayor que la que teníamos anteriormente, con el objetivo de disminuir los tiempos de espera para obtener las citas de consulta, como sucedíahasta 2018.
Algo esencial, que no había sido posible durante casi quince años, es que podremos albergar en un mismo lugar la totalidad de fondos de archivos que conserva nuestra institución. En efecto, desde 2003 contábamos con una reserva exterior situada a un centenar de kilómetros de París, en la cual se ha llegado a conservar hasta un tercio de los archivos, pero también llegó al límite de saturación hace algunos años. Esta realidad condujo a que elmaterial allí reunido se encuentre todavía insuficientemente clasificado e inventariado, además de presentar serias dificultades para su consulta. En el edificio que nos espera, tendremos un amplio espacio para poder retomar nuestra labor de colecta de archivos. Con ello esperamos poder recibir de mejor forma a las nuevas generaciones de investigadores que, con el desarrollo de sus proyectos, continúen aportando y enriqueciendo los esfuerzos de nuestro equipo para clasificar, describir, explotar y valorizar estas fuentes en perpetuo crecimiento. Por último, el espacio disponible permitirá reanudar la colección, que implica un extenso campo para el entusiasmo e interés de las futuras generaciones de jóvenes investigadores dispuestas a apoyar los esfuerzos del equipo para clasificar, describir, explotar y mejorar estas fuentes en constante crecimiento.
Composition libre, Gilles Ragot. Fotografía: Dominique Dealunay.
Fuente: Cité de l’architecture et du patrimoine/Archives d’architecture du XXe siècle
AAG: ¿Con cuáles instituciones internacionales, públicas o privadas, mantienen ustedes un contacto frecuente para desarrollar proyectos o simplemente para intercambiar ideas y experiencias sobre temas de actualidad relacionados con los problemas y situaciones profesionales derivados de su actividad? ¿En algún momento han establecido relaciones con instituciones latinoamericanas –por ejemplo, para consultas sobre aspectos técnicos o invitaciones a eventos profesionales–? ¿Cuáles son las principales nacionalidades de los investigadores extranjeros que visitan el Centre d’archives?
DP: Nuestros contactos se han desarrollado con centros de archivos de arquitectura localizados principalmente en ciudades europeas y norteamericanas, y generalmente en el marco de las actividades de la International Confederation of Architectural Museums (ICAM). 4510N15 Lo cierto es que nuestras relaciones más densas y duraderas se han dado con los Archives d’Architecture Moderne (hoy en día conocido como CIVA) 4510N16 de Bruselas; el Nederlands Achitectuurinstituut (NAi) de Rotterdam; el Centre Canadien d’Architecture (CCA) 4510N17 de Montreal; los Archives de la Construction Moderne 4510N18 (ACM) de Lausanne; o el Archivio del Moderno 4510N19 de Balerna.
Recuerdo que, a finales de los años noventa, el ICAM intentó en dos ocasiones crear una red sudamericana. Inicialmente, en el marco de un congreso celebrado en Nueva York y en el cual se financió la presencia de un buen número de instituciones latinoamericanas; más tarde, con motivo de un congreso celebrado en Río de Janeiro. Sin embargo, aquellas dos importantes iniciativas no fueron suficientes y no se vieron resultados concretos, ya que al parecer las instituciones latinoamericanas presentes eran económicamente demasiado frágiles, al punto que no se asociaban regularmente al icam. Por otro lado –y dado que por cuestiones familiares viajo regularmente a Buenos Aires–, he comprobado en repetidas ocasiones la manera como allí las principales instituciones que conservan archivos de arquitectura dependen en gran medida de recursos privados y apoyan su estructura y sus proyectos en iniciativas individuales, lo cual dificulta la creación de vínculos duraderos con sus homólogos extranjeros.
Por último, puedo señalar que, en nuestro caso, recibimos investigadores (estudiantes y profesionales) que provienen fundamentalmente de instituciones italianas, alemanas, suizas, estadounidenses y canadienses.
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Cabe mencionar que el presente diálogo se enmarca en mi experiencia de consulta regular de decenas de fondos de archivos conservados en el Centre d’archives, el cual he estado visitando durante la última década. Lo anterior, sumado al cercano contacto profesional que he tenido con su director, David Peyceré (y con algunos de sus cercanos colaboradores, entre ellos Marcos Carvalho-Canto), me ha sido posible tener un conocimiento de primera mano sobre el funcionamiento y la historia reciente de esta institución.
Sin duda, el Centre d’archives se ha erigido durante las dos últimas décadas como la principal institución francesa en este campo, además de en un modelo a seguir internacionalmente, tanto por su estructura y servicio, como por sus políticas y actividades en diversos campos –adquisición, conservación, clasificación, divulgación, etcétera. No obstante, como sucede en tantas otras instituciones de carácter cultural financiadas por el Estado, no todos los proyectos formulados por el equipo profesional del Centre d’archives han encontrado la continuidad y el financiamiento requeridos para llegar a buen término.
A lo largo de mi conversación con David Peyceré fue posible desvelar algunos elementos que configuran en conjunto una mirada crítica a la práctica archivística actual. Y se pudo, además, poner en evidencia una cuestión esencial que, inexplicablemente, se discute poco en los foros de nuestros países: y es que, los archivos de arquitectura sólo son valiosos si se ponen realmente a disposición de todo tipo de lector o de investigador interesado en un edificio, en un arquitecto, ingeniero o decorador, en una técnica constructiva, etcétera. Consultar y acceder a estos archivos no debería depender de demostrar la tenencia de diplomas, de tener una cierta jerarquía en la “academia,” o de presumir y aprovechar algún contacto profesional. Los archivos de arquitectura, tanto como la investigación, no tendrían que seguir siendo, en pleno siglo XXI, el privilegio de unos pocos iniciados.
Al comparar, en una dimensión global, el funcionamiento y el impacto en la enseñanza y en la investigación de una institución como el Centre d’archives con sus homólogas latinoamericanas, la gran diferencia que salta a la vista no es necesariamente de orden material o administrativo. Efectivamente, me refiero a la filosofía y dinámicas aplicadas por numerosos archivos de arquitectura de nuestra región –públicos y privados– que restringen el acceso a sus fondos, para dar cabida exclusivamente a ciertos perfiles profesionales y a miembros de redes cerradas de investigadores; de esta manera se bloquea la producción de investigadores jóvenes o independientes. Mientras que en el Centre d’archives, los estudiantes de pregrado y de máster –ya sea en Arquitectura, Historia del arte, etcétera– son recibidos y asesorados con la misma diligencia con la cual son acogidos los doctorandos y los investigadores de renombre, en la inmensa mayoría de archivos latinoamericanos de arquitectura es necesario demostrar un cierto rango y trayectoria profesional para poder acceder a sus preciadas colecciones.
Andrés Avila Gómez
Arquitecto, Magister en Urbanismo,
Magister en Ciudad, Arquitectura y Patrimonio
Candidato a doctor en Historia del arte,
Université Paris 1 Panthéon Sorbonne
andresavigom@gmail.com
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