Editorial
Cristina López Uribe
Patricio del Real
La arquitectura se ha convertido en objeto expositivo. Desde principios de este siglo se ha instalado definitivamente en museos de arte, galerías y bienales. No obstante, esta transformación de la arquitectura y su vinculacióna los espacios expositivos no es nueva, tiene una larga historia vinculada a lapráctica y a la enseñanza de la disciplina. En las primeras décadas del siglo XX, vemos su incorporación en el museo de arte, en sus salas de paredes blancas iluminadas homogéneamente; estos espacios determinantes emergen construyendo una estética y ética expositivas dominantes que modifican y actúan directamente sobre todo lo que se exhibe.
Algunas consecuencias parten de las características del propio espacio museístico. Los objetos que soporta suelen colocarse en el mismo nivel, independientemente de su naturaleza, y por lo tanto suelen convertirse en artísticos los objetos cotidianos o industriales, los croquis de ideas y los dibujos técnicos que no fueron concebidos con dicho fin. Ni la selección de objetos, ni su montaje, ni la narrativa o discurso cultural, ni el diseño o el espacio arquitectónico son neutrales.
Si la arquitectura ha entrado de lleno en el museo, cabe preguntarnos si se encuentra allí cómoda y a plenitud. Al realizar exposiciones de arquitectura de inmediato aparece la primera dificultad: cómo exponer edificios dentro de otro edificio, cómo reducir la arquitectura al espacio de la galería. Para resolver estas paradojas, inevitablemente se utilizan otros medios que poseen sus propias cualidades, regímenes disciplinarios, técnicos y sociales, así como su propia historia de devenir “objeto de arte.”
La arquitectura entra al museo primeramente a través de la fotografía, como representación clave que acompaña el dibujo arquitectónico. El espacio expositivo requiere la representación de la arquitectura, pero no sólo por un problema de escala, pues se han exhibido fragmentos de edificios y hasta pequeñas estructuras en galerías y espacios de exposición: la presentación de la arquitectura en museos atiende a una discusión inter y transdisciplinaria que busca dar crédito social y cultural a una disciplina profesional. Al mismo tiempo, la exhibición de arquitectura es más que la presentación de fotografías, dibujos o maquetas fuera de un espacio disciplinar, y atiende al visitante no especializado a través de técnicas expositivas de comunicación visual que van más allá de la simple representación, para lo cual se elaboran programas de inmersión y educación que construyen y definen un público.
La arquitectura también se “exhibe” en el espacio urbano bajo un régimen de distracción y como trasfondo de la vida cotidiana –como lo señaló Walter Benjamin en su análisis de la obra de arte en la era de la reproducción mecánica. En el museo de arte, sin embargo, la arquitectura participa del culto a la obra de arte y la sacralidad del original; ambos aspectos transforman las representaciones arquitectónicas –el visitar un museo no es un simple caminar por la ciudad; es un ritual y una ceremonia cultural que otorga valor a los objetos allí expuestos. El museo es un espacio de excepción que, en el caso de la arquitectura, vincula la reproducción a su original; en el del arte, refiere el original a su reproducción, en un proceso de retroalimentación cíclica que amplifica la condición aurática o mítica de la obra expuesta.
Dentro de estas dinámicas, no hay que olvidar el rol del curador o curadora como parte de los procesos de legitimación del arte y como intérprete de las obras y colecciones. Gracias a los curadores, las exposiciones producen un discurso tanto visual como escrito. Estos modos de enunciación –que hoy día incorporan hasta elementos sonoros y otras técnicas en la búsqueda de una “experiencia”– constituyen campos de poder que desbordan el espacio del museo. El crecimiento vertiginoso del mercado expositivo ha provocado cambios en los papeles de museos y curadores como agentes de las dinámicas de circulación de las imágenes y de las reproducciones –las cuales por sí mismas posibilitan la entrada de la arquitectura como objeto cultural al museo.
Las relaciones de poder se dan cita en el espacio de exhibición. La exposición actúa así como un dispositivo que en la mayoría de los casos amplifica la celebridad del objeto original al poner su reproducción en circulación a través de canales que en la actualidad incluyen las redes sociales y los espacios virtuales. Como señaló Michel Foucault, un dispositif es un instrumento de poder. La exposición de arquitectura presenta un saber disciplinar que entrama el espacio cultural del museo al espacio político y económico de la ciudad. Es difícil, aunque no imposible develar y descubrir esta relación entre arquitectura y poder. Si el espacio tiene su propia historia, como Foucault señaló, hay que preguntarse ¿qué espacio emerge en la exposición de arquitectura?
Estos eventos también participan de redes institucionales que van más allá del museo como un instrumento de poder: son construcciones artificiales, donde se sobreponen discursos narrativos y visuales en una apuesta por crear imaginarios culturales, sociales o políticos. Estas fabricaciones han sido utilizadas por ministerios de obras públicas y secretarías de educación; por asociaciones profesionales y comerciales, y por museos que han inventado estilos y definiciones de arquitectura en aventuras normativas, que por momentos colisionaron con procesos tecnológicos y sociales que encaminaban el quehacer arquitectónico. Pensemos en el artificioso international style propuesto en Nueva York en 1932 para definir a la arquitectura moderna o la “nueva arquitectura,” como fue llamada en Latinoamérica en aquella época.
Los análisis históricos y críticos de las exposiciones de arquitectura son sumamente útiles para entender los momentos históricos y los procesos sociales y culturales. Además, nos permiten interpretar las narrativas impuestas a través del ejercicio del poder –tanto político como simbólico– en fenómenos sociales, en expresiones estéticas o en regiones culturales, por ejemplo, como es nuestro caso con la construcción de una región “latinoamericana”.
El estudio de las exposiciones de arquitectura apenas está comenzando. En estas primeras lecturas es fácil identificar una mirada que simplifica todo y da continuidad a modelos de centro-periferia. Por lo tanto, actualmente se convierte en una tarea fundamental hacer un estudio histórico sobre las exposiciones latinoamericanas desde la región misma y con una mirada que analice con profundidad cada caso, para advertir políticas culturales que actúan en y trascienden los territorios nacionales. Es necesario evitar seguir repitiendo los lugares comunes, como aquél que asegura que las exposiciones del MoMA fueron las únicas trascendentales o el que asegura que Latinoamérica no tuvo exposiciones de arquitectura antes de la Bienal de Venecia.
Patricio del Real / Cristina López Uribe
acerca de | inicio | archivo | convocatoria
Bitácora Arquitectura Número 43, julio - noviembre 2019 es una publicación cuatrimestral, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México,
a través de la Coordinación editorial de la Facultad de Arquitectura, Circuito Escolar s/n, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, Ciudad de México, C.P. 04510, teléfono: 56 22 03 18.
El contenido de los artículos es totalmente responsabilidad de sus autores y no refleja necesariamente el punto de vista del Comité editorial o de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Se autoriza la reproducción de los artículos
(no así de las imágenes) con la condición de que se cite la fuente y se respeten los derechos de autor. Para suscripción y distribución de ejemplares impresos: bitacoraunam@gmail.com / bitacora.arquitectura@unam.mx
Hemos puesto todo nuestro empeño en contactar a aquellas personas que poseen los derechos de autor de las imágenes publicadas en la revista. En algunos casos no nos ha sido posible, y por esta razón sugerimos a los propietarios
de tales derechos que se pongan en contacto con la redacción de esta revista.
Fecha de la última modificación: 21 de Septiembre de 2020.
Bitácora Arquitectura No. 43, July - November 2019 publishes three times a year. Edited by the Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Mexico City. Publications Department of the School of Architecture (Facultad de Arquitectura), Circuito Interior s/n, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Mexico City, +52(55) 56220318.
The content of the articles is entirely the responsibility of its authors and does not necessarily reflect the views of the Editorial Board or the School of Architecture of the Universidad Nacional Autónoma de México. Reproduction of the articles is authorized provided that the source is cited and copyright is respected. This does not apply to images. Subscriptions (printed issues):to bitacoraunam@gmail.com and bitacora.arquitectura@unam.mx
We have done our best effort to find the copyright's owners of the images published in this issue. In some cases this was not possible, therefore we kindly ask them to contact the journal.
Last modification: September 21, 2020