Una casa que ha sido experimentada no es una caja inerte.
El espacio habitado trasciende el espacio geométrico

[La casa] es nuestro primer universo.
Las personas necesitan la casa para soñar, para imaginar

Bachelard, The Poetics of Space

Introducción

A la casa se le han atribuido valores descritos por la imaginación geográfica, debidos a apropiaciones culturales y a la difusión de diversas tipologías y estilos arquitectónicos. En la década de los setenta, especialistas en geografía humana y teóricos en arquitectura han tomado el trabajo fenomenológico de Gaston Bachelard 3268N1 para describir la casa desde sus aspectos domésticos, íntimos y poéticos de lugar. Para Bachelard, una vivienda está conformada no sólo por sus cualidades físicas o materiales, sino por la descripción inmaterial que conforma valores de espacios introspectivos, mismos que están ligados al entendimiento humano. En la casa está implicada la discusión por el ser, la familia, la nación, el sentido de lugar y la responsabilidad de compartir parte del mundo. Aunque la vivienda puede ser descrita de acuerdo a su forma material y doméstica, su estudio ha sido extendido más allá de sus cualidades espaciales.

El espacio doméstico es un lugar emotivo y de imaginarios, donde se reúnen experiencias diarias, vida cotidiana que comprende el sentido del ser y pertenecer en el mundo. En la vivienda se despliega un espacio de apropiación, alineación, intimidad, violencia, deseos y miedos. El hogar acoge emociones, experiencias, prácticas humanas y relaciones que se unen al corazón de la vida humana. Incluso, la geografía emocional reconoce a la vivienda como extensión de la memoria y nostalgia del pasado, registro del día a día en el presente y domesticación de sueños y miedos futuros. 3268N2

En este contexto, la pertinencia del trabajo de Gaston Bachelard, La poética del espacio (1958), se debe a su empleo de métodos que emergen de la fenomenología y permean en la arquitectura. Su obra marca una referencia en la geografía humana y perceptiva, y logra una enorme influencia en la psicología analítica y en el pensamiento filosófico preocupado por la experiencia y percepción del espacio.

Para ello, Bachelard 3268N3 recurre al topoanálisis, que define como estudio psicológico sistemático de los espacios de la vida íntima. El topoanálisis tiene sus bases en la psicología descriptiva, la psicología profunda o analítica, el psicoanálisis y la fenomenología. La finalidad de este estudio es discutir las imágenes poéticas a través de la experiencia, justificarlas en términos de percepción de la realidad y de la composición poética. Cabe señalar que el trabajo fenomenológico de Bachelard distingue entre metáforas e imágenes. Las primeras están relacionadas con seres psíquicos diferentes entre sí; mientras que las segundas son producto absoluto y le deben su existencia a la imaginación. Por tanto, este ensayo se refiere a las imágenes como producto de la mente.

El topoanálisis da soporte a la topophilia (del griego τόπο, topos, “lugar”, y φιλιά, philia, “amor de”), es decir, amor al lugar, término que describe el espacio desde las afecciones emanadas de quien lo habita. 3268N4
Por su parte, La poética del espacio está estructurada en diez elementos, cada uno de los cuales es una imagen significativa para la definición de la vivienda, a saber: la casa (del ático al sótano, el significado de la cabaña); la casa y el universo; cajones, baúles y armarios; nidos; caparazones; esquinas; miniaturas; íntima inmensidad; la dialéctica del interior y exterior, y la fenomenología de la redondez.

De la casa a los espacios íntimos

En la casa es posible encontrar el cariño a los espacios habitables primarios. Bachelard representa la vivienda desde un punto de vista fenomenológico, 3268N5 desde el que se descubre el caparazón original, el espacio vital, la esquina de nuestro mundo, el cosmos real en cada sentido de la palabra, la esquina del universo. En su trabajo sobre el espacio como fenómeno, Bachelard expone que en la vivienda se encuentran la imaginación, construida a través de muros; el confort, que genera una ilusión de protección, y un lugar para las memorias de imágenes y sueños.

En su texto, la casa es siempre un contenedor, a veces contenido, que sirve como portal para imágenes y metáforas de la imaginación. Al respecto, Bachelard distingue en su trabajo filosófico dos tipos de imaginación, la formal y la material, ambas ubicadas en la naturaleza y en la mente, de modo que el mundo es percibido a través de imágenes. Igualmente, Bachelard describe que el alma y la mente son indispensables para el estudio del fenómeno poético en el espacio y en sus diseminaciones.

A través del topoanálisis, Bachelard reflexiona a propósito de las ensoñaciones y de la percepción que se reflejan a diario en los espacios íntimos. Las imágenes de la casa son estudiadas a partir de objetos esenciales: “cajones, baúles y armarios”. En ellos, la psicología encuentra una base simbólica de “candados y llaves”, en alusión a la estética de los objetos que se esconden o guardan. Bachelard hace del topoanálisis un estudio psicoanalítico de la vivienda y de los espacios internos, a través de examinar “la esquina de nuestro universo que nos invita a salir de nosotros mismos”. 3268N6

De igual manera, La poética del espacio explora los sueños diarios que suceden en la casa; para ello realiza un estudio simbólico con “nidos o caparazones”, lugares no sólo de cobijo físico, sino también de refugio mental y onírico. En la casa se depositan memorias y emociones que evocan momentos pasados. Estos espacios son asociados con felicidad, soledad, placer, deseo y sueños. Bachelard encuentra que se vive en fijaciones de felicidad, las cuales brindan confort a través de revivir memorias de protección, sueños y deseos futuros. De esta manera, los espacios íntimos propician emociones que no son más que expresiones poéticas perdidas.

Asimismo, en la casa puede encontrarse una dualidad vertical. El ático es definido como el espacio donde se racionalizan los sueños, el área donde se materializan ideas inteligibles, mientras que en el sótano habitan excavaciones apasionadas, donde los sueños no tienen límites. 3268N7 Sin duda, el análisis de la verticalidad simbólica de la casa es uno de los principales acercamientos del topoanálisis al psicoanálisis.

Paul Claudel escribe que la vivienda es como “una clase de espacio geométrico, una cavidad convencional, que nosotros amueblamos con cuadros, objetos y armarios dentro de un armario”. 3268N8 De esta manera, en los lugares domésticos se hace un reconocimiento de espacios para almacenar objetos, eventos, sueños y experiencias; espacios que adquieren afecciones y significados para quien los habita. En una descripción simbólica de la casa, William Goyen menciona que:

[… ] los seres humanos podrían venir al mundo a un lugar que en principio podría no tener nombre y ser desconocido; fuera de que sea un lugar sin nombre y desconocido, ellos pueden crecer y moverse ahí, hasta que es nombrado y reconocido con amor, llamado hogar; ahí, las personas echan raíces y se aman entre sí. Así, cada vez que dejan este lugar ellos cantarían canciones de esperanza y anhelo por él, como un amante […] 3268N9

Mediante el estudio de las imágenes de objetos domésticos, Bachelard establece que en “cajones, baúles y armarios” se presentan “estructuras dentro de estructuras”. Los cajones con sus cajoneras, los escritorios con sus gavetas, los cofres con sus dobles fondos son objetos donde se lleva la secreta vida psicológica, donde puede ser estudiada la imaginación y acumulados los sueños más íntimos.

Los armarios, al igual que la casa, son objetos donde se acumulan memorias, las cuales salen cuando se miran los sueños a través de la estantería. Es decir, el topoanálisis de espacios domésticos permite reconocer que la mente es un armario de ideas, sueños y deseos. La psicología doméstica en el espacio también se descubre en cajas pequeñas, como cofres y pequeños baúles, en los cuales se reconoce la necesidad de secretos y el sentido intuitivo de lugares para esconder y resguardar otros objetos.

De igual manera, a través de la imagen de “nidos, caparazones y esquinas”, Bachelard explora los espacios íntimos en la vivienda en diferentes niveles. Atribuye a estas imágenes cualidades de confort, calma, silencio y cobijo; toda vez que son lugares que proporcionan protección y albergan memorias, sueños y anhelos.

Tomando una perspectiva filosófica que parte de la metafísica, Bachelard profundiza en la dialéctica de la escala mayor y menor en la poética del espacio. El filósofo francés parte del análisis de la casa y se dirige al estudio de imágenes de objetos como armarios, baúles y cajones; analiza miniaturas, esquinas y la inmensidad de la intimidad. En este sentido, la casa adquiere un valor simbólico en tanto es vivida, experimentada y percibida día a día; en ella, el ser humano involucra sus sueños, deseos y memorias.

Implicaciones de un análisis fenomenológico en la arquitectura

En la actualidad, entender la casa desde parámetros fenomenológicos requeriría un análisis multidisciplinario, el cual sale de los encuadres tradicionales de la arquitectura como disciplina enfocada meramente al diseño espacial. Es decir que implicaría concebir y analizar la vivienda desde ámbitos como la psicología, la geografía humana, la antropología o la sociología.

No obstante, han sido recurrentes las discusiones fenomenológicas sobre el espacio arquitectónico en las últimas décadas, mediante un análisis teórico, histórico y crítico de la arquitectura. A través de estos razonamientos y teorías, se estudia el espacio arquitectónico con argumentos que trascienden sus cualidades materiales y tangibles.

Sin embargo, es necesario reconocer las críticas al estudio fenomenológico desde la arquitectura y el urbanismo, como la carencia de rigurosidad científica, la plurivalente interpretación de estudios que se centran en la materialización de la memoria y percepción humana, la falta de metodología que se ajuste a necesidades locales, la dificultad de materializar teorías, ideas o conceptos, así como las críticas filosóficas hacia la fenomenología y el postestructuralismo basado en la experiencia, 3268N10 o las discusiones por definir la pureza y validez de la fenomenología. 3268N11

El topoanálisis de Bachelard reconoce la unicidad de la vivienda en el proceso de habitabilidad humana. Sin embargo, La poética del espacio carece del reconocimiento integral que relaciona externamente a la vivienda y el mundo, e incluso otros lugares, contextos sociales o interconexiones globales; en otras palabras, para Gaston Bachelard, el entendimiento poético del espacio está basado en experiencias humanas internas, las cuales dan poca oportunidad a un análisis que considere factores contextuales externos. Sin duda, el trabajo de Bachelard marca una pauta hacia diferentes aproximaciones y análisis de los lugares domésticos, así como sus repercusiones en el espacio, y por tanto, en la arquitectura y la ciudad. A través del topoanálisis, Bachelard discute y materializa argumentos que hasta su momento habían sido recurrentes sólo en la psicología profunda o en el psicoanálisis.

En la actualidad, David Seamon ha investigado y aplicado el topoanálisis al estudio de espacios domésticos del siglo XXI. En su análisis fenomenológico argumenta que la habitabilidad implica una dialéctica fundada en un doble significado, donde se confronta la diversidad interna y la conectividad externa. En ambos significados la vivienda adquiere para su habitante contenidos dicotómicos de confort y regeneración, contra vulnerabilidad y conflicto. 3268N12 Seamon es uno de los actuales exponentes del urbanismo y la geografía perceptiva, quien ha retomado y desarrollado ideas de Bachelard y otros fenomenólogos en el ámbito urbano. 3268N13 Por tanto, es necesario reconocer el trabajo de Bachelard como uno de los exponentes ejemplares de la fenomenología que contribuyó al estudio del espacio físico y metafísico. Su trabajo generó un análisis teórico y reflexivo sobre temas de habitabilidad, significancia y pertinencia del concepto de casa, donde se la concibió como un lugar que alberga memorias, percepciones, afecciones y sueños. Esta concepción de la vivienda, distante de sus cualidades espaciales, puede redefinir el papel y entendimiento de la arquitectura doméstica contemporánea.

Conclusión

A partir del análisis del trabajo de Gaston Bachelard La poética del espacio, este ensayo argumentó la importancia de entender la casa como un lugar de acontecimientos. Es decir, siguiendo la discusión de Bachelard, el verdadero valor de la vivienda reside en la experiencia diaria de afecciones, deseos y sueños, cuyo nicho son los espacios domésticos, más allá de las cualidades espaciales o geométricas de la casa. Asimismo, se expuso que, de acuerdo con Bachelard, en la casa conviven las funciones de la imaginación, memoria y percepción para crear imágenes que gravitan entre lo real e irreal. Así, la vivienda da lugar a ensoñaciones, sentido de pertenencia y personificaciones de aquello que es considerado como conveniente, confortable, saludable y deseable. De esta manera, el análisis psicológico sistemático de los espacios íntimos vividos (topoanálisis) se vuelve indispensable para concebir la vivienda en términos metafísicos. Adicionalmente, este ensayo discutió algunas de las implicaciones, críticas y consecuencias generales para el estudio fenomenológico en el espacio que permea en la arquitectura contemporánea, especialmente como discusiones teóricas e históricas. Este texto recurrió al trabajo actual de David Seamon y Yi-Fu Tuan, cuya influencia fenomenológica ha considerado al topoanálisis en diferentes escalas. Igualmente, en Bachelard se demuestra que la casa adquiere valor y significado en tanto que ha sido vivida. En suma, a través del trabajo fenomenológico de Gaston Bachelard es posible realizar acercamientos interdisciplinarios que permitan cuestionar y redefinir concepciones arquitectónicas y espaciales. La poética del espacio abre diversas discusiones a espacios y temporalidades, a las raíces de la existencia y a las fuentes humanas para habitar el mundo.